La Ciudad de Nueva York, que sigue recibiendo autobuses cargados de inmigrantes enviados desde Texas y Florida, declaró esta viernes el estado de emergencia por la crisis migratoria.
Así lo anunció el alcalde Eric Adams, quien está dando instrucciones a las agencias locales para establecer centros de rescate para recibir a los cientos de inmigrantes que están llegando, la mayoría de ellos de Venezuela.
«Es insostenible y no es justo. Nuestros centros están operando casi al 100% de su capacidad, mucho más de lo que estaban programados», dijo Adams sobre los miles de migrantes que llegaron a la ciudad.
El sistema de recepción de la urbe está bajo presión por la presencia de 17.000 personas provenientes de América Central y del Sur que buscan asilo en Estados Unidos.
«Estamos en una situación de crisis», dijo Adams, al estimar en mil millones de dólares el gasto que tendrá que hacer frente la ciudad al final del año fiscal para enfrentar la emergencia.
Se trata de una suma que la alcaldía no tenía prevista, mientras lidia con una creciente ola de delincuencia y violencia armada.
Adams declaró en el Ayuntamiento que la afluencia de migrantes desde el sur de la frontera había estirado la red de seguridad social de la ciudad hasta su punto de quiebre y había llevado a su población de refugio a un máximo histórico.
«Esta es una crisis humanitaria que comenzó con la violencia y la inestabilidad en América del Sur, y está siendo acelerada por la dinámica política estadounidense», agregó Adams, que asumió el cargo del 1ro de enero de este año. «Esta crisis no es de nuestra propia creación, y afectará a todos en esta ciudad ahora y en los próximos meses».
Nueva York, como otras ciudades democráticas, se ve afectada por la afluencia de migrantes enviados por los gobernadores de los estados del sur de Estados Unidos, liderados por Texas y Florida, como protesta por lo que consideran una política flexible del gobierno de Joe Biden que permite el ingreso de miles de personas a través de las fronteras desde México.
Adams explicó hoy que más de 61.000 personas están ahora en refugios de la ciudad, un récord que los funcionarios dicen que superarán en breve.
El gobierno local está alquilando habitaciones en más de 40 hoteles de toda la ciudad para tratar de mantenerse al día con la afluencia.
El alcalde dijo que las familias que llegan han inscrito a 5.500 nuevos estudiantes en las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York, un salto con respecto al recuento anterior de 3.200.
Prometió que visitará las tiendas de campaña que su administración está construyendo en la isla de Randall para proporcionar alojamiento temporal a los recién llegados.
El alcalde pidió al Congreso que aprobara una legislación para acortar el período de espera obligatorio para la obtención de los documentos de trabajo necesarios para los migrantes. El período de espera es actualmente de seis meses.
Otra caravana de autobuses migrantes ilegales llegó el pasado martes a la ciudad de Nueva York, pese al estado de emergencia decretado.
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